

¿Qué pasó con los Red Hot Chili Peppers?
Hace casi dos años leí una noticia en internt, que por su título casi me dio un ataque al corazón: "Red Hot Chili Peppers separados". Los que conozcáis más o menos bien a la banda entenderéis lo siguiente: "Dream of Desesperation!", fue lo que pensé (PENSÉ, no grité, no soy tan subnormal como para llamar la atención de la gente).
¿Y por qué me dolió tanto? Porque es una de mis bandas favoritas. Tengo todos sus CDs (descargados xD), me sé la letra de varias canciones (aunque nunca llegue a descifrar el sentido que tienen), y algunas, aunque muy pocas, las tocaba (atención al pretérito imperfecto de indicativo) con la guitarra.
Mucha gente se extraña. "¿Cómo te puede gustar RHCP?" La verdad, es inevitable. Cuando era pequeño, al volver cansado de jugar del colegio, ¡sufría lavados cerebrales de su música durante una hora, o más si mi hermano del medio adolescente y super hormonado quisiese escucharla por enésima vez! Cuando me fijaba en la radio del salón y veía aquellos condenados numeritos que señalaban el número de la melodía infernal que me tenía casi con migrañas, y veía que el número pasaba de 15 a 1, era como si te suspendiesen con un 4,9: ¡Dream of Desesperation! Y no creáis que ahí se acabó todo: Green Day, The Offspring, y otras bandas más, que aquí no las conocéis porque son brasileñas. En fin, por eso me gustan tanto. Y no, no tengo ningún trauma.
Como iba diciendo, los miembros de la banda estaban un poco saturados después de "Stadium Arcadium" y decidieron no volver a hacer nada relacionado con RHCP durante un año. Cada uno se fue por su lado: Anthony (voz) iba a tener un hijo, Flea (bajo) se planteó mejorar sus habilidades, John (guitarra) retomó sus proyectos solistas y Chad (batería) se metió en una banda de jazz (Chickenfoot) y se fue a Japón (ya sabía yo que ese batero no tenía brazos, anda que jazz...).
Yo, por lo menos, estaba satisfecho. Stadium Arcadium para el que no lo sepa es un doble album que tiene en su interior dos CDs: Mars y Jupiter. Aunque a mí me suelen gustar casi todas sus canciones, os aseguro que el album tiene de verdad pistas muy pegadizas: Tell me Baby, Make you feel Better, 21st Century, Hump de Bump, o Snow (con la séptima peor rima del mundo: Hey oh, listen what I say "oh").
En agosto del año pasado, la banda ha vuelto a las andadas. Ya están con sus improvisaciones y composiciones y tienen previsto un nuevo albúm a principios de 2010 (¡queda poco!).
Yo, sin embargo, espero que esa tomada de aire fresco les haya recargado de energía suficiente a los integrantes de la banda para intentar superarse, porque, desde mi punto de vista, el último album se desviaba un poco de la esencia de los "Pimientas Chili Rojas Picantes" [acento mejicano].
¿Cumplirá nuestras expectativas la banda? ¿Qué peinado traerá esta vez Anthony? ¿Volveré a tener migrañas por escuchar sus canciones? Y lo más importante: ¿Conseguiré entender sus letras?
Como dicen en Francia: "On vera bien!"
Ahora podéis escuchar las canciones que cité:
****BIENVENIDO****
Una y otra vez. El pirata atravesaba aquél pasillo tapizado con los cráneos de con quién había compartido el ajetreo de las cartas, el sabor del ron, y la ilusión que les había plantado aquellas prometidas, en el muelle de aquél puerto de villanos con el último beso.
En las dos paredes que le privaban de libertad locomotora, incluso en el techo que le eliminaba el placer de la contemplación de las nubes, estaban colgados los cuadros que habrían sido pintados, si entre los tripulantes hubiera habido un pintor. Un pintor... ¡Cómo no se le ocurrió!
Los ojos del capitán habían cobrado una tonalidad grisácea, y habían perdido su brillo, como el cristal traslúcido del que presumían las mansiones de los grandes nobles.
¿Estaba muerto? ¿Le habían drogado los ciclones del azar con la pócima del sueño infinito?
El Capitán seguía en su interminable progreso por el pasillo de los recuerdos. Cabizbajo: no soportaba mirar a los cuadros, pero buscaba en aquellas estructuras óseas alguna respuesta para sus apelaciones, por mínima que fuese.
Sobre su frente, sintió el cálido tácto de lo inmaterial: la luz. Ante él, bailaba una esfera luminosa que indicaba, al parecer, la salida de aquél tormento.
¿Estarían sus compañeros al otro lado de aquél portal?
Cojeando cada vez más deprisa, el pirata no se lo pensó dos veces y se lanzó sobre aquél objeto milagroso, de brazos abiertos, con la intención de abrazar la felicidad que había sentido todos estos meses en los momentos de diversión que tuvieron lugar sobre la nave. ¿Seguiría aquél barco tambien tras aquél pasaje?
****HASTA PRONTO****
Arena. El sabor salado de la arena y su tacto crujiente e irritante circulaba entre los dientes del marinero. Alzó la vista y no se lo pudo creer. Antes de levantar totalmente la cabeza escupió aquél terreno que se había penetrado por su boca. Miró al cielo, y pensó que aquella bola que había abrazado estaba en lo alto, entre las nubes, dando al pirata la bienvenida al añorado desconocido. Ante él, el panorama era glorificante.
Estaba todo allí. Invitándole a adentrarse en el paraíso de los piratas. Estuvo a punto de correr ilusionado (le volvió el brillo a los ojos) al bosque sagrado que se presentaba ante sus narices. Pero de pronto recordó aquella frase, y la recitó en bajo:
"Confío en el Capitán, la felicidad está en el horizonte. Encontraremos el paraíso, la tierra de los distintos"
El reflejo del paisaje que se observaba en las pupilas del pirata de pronto se volvió un retrato estático y difuminado, como si alguien hubiese pasado por un cuadro recién pintado un paño sucio manchado de ron.
De qué servía todo aquello era la pregunta que rondaba por su cabeza. Había logrado su sueño: alcanzar el paraíso. Pero volvió a pensar en aquella frase:
"Encontraremos el paraíso..."
"Encontraremos". Aquél verbo provocó de repente un dolor punzante en el corazón del navegante. ¿Con quién compartiría el sabor de los frutos que allí había, el cálido tacto del agua de los lagos que aquél sitio albergaba, la luz de las estrellas por la noche al lado de una hoguera que con la ayuda de alguien tenía que construir?
¿Qué sentido tenía ya todo?
El pirata sabía lo que tenía que hacer: se cogió un palo con el que apoyarse y se prometió experimentar en un paseo todas las maravillas que regalaba aquél lugar a los más valientes aventureros. Pasaría un día inolvidable.
Y luego, se iría a la cama.
La cuna estaba al alcance de todos.